DE LA
MADUREZ A LA ESPECIALIZACIÓN
La
Madurez
En sus
inicios, los automóviles eran prácticamente una disminuida evolución de los carruajes tirados por caballos. Se partía de un bastidor de tubos o madera al que se le montaban
las ruedas y el motor ya sea por delante o por atrás, según las preferencias de su
creador. Después se instalaba la carrocería, expresamente hecha por artesanos que también provenían de la elaboración de carruajes. Como eran muy costosos, sólo la clase pudiente podía
comprarlos, por lo que su diseminación fue muy lenta.
Pero la
creciente mecanización en industrias enormes como
la textil o minera hicieron que la introducción
de máquinas adaptadas a ciertas
tareas, agilizara la construcción de estos primeros vehículos.
Sin
embargo, fue hasta el arribo de la producción
en serie creada por Henry Ford que la masificación
del automóvil se volvería una realidad. La obsesión
por apurar el ritmo de la cadena hizo que los trabajadores se especializarán en un área, lo que reducía el tiempo de montaje pero ocasionaba otros problemas como
enajenación mental. Pero el sistema
estaba propuesto. Sobra decir que estas máquinas producidas en serie
destacaban por la facilidad de armado y reparación
pero escasa variabilidad en su carrocería. En contraste las técnicas de fabricación y mecanización fueron evolucionando. La carrera tecnológica entre los fabricantes de automóviles estaba iniciada ya nadie la podía parar, por lo menos en términos
económicos.
LAS MÁQUINAS AYUDARON A FABRICAR AUTOS EN SERIE |
Tras
estos primeros autos en masa, siguió la investigación por parte de personajes de increíble tesón e inteligencia
extraordinaria. Uno de ellos fue André Citroën, que en su afán de ganar la punta a sus
competidores como Renault apostaba mucho a la tecnología. Sus mejores resultados fueron la tracción delantera y el esquema de construcción monocasco, que eliminaba la presencia de un bastidor y
optimizaba las funciones de la carrocería al volverla autoportante.
Durante los años veinte y treinta, surgieron
los vehículos más hermosos, pues la premisa era la belleza estética y motores muy potentes aunque no existieran
suficientes caminos por donde llevarlos a andar.
Pero ahí no terminaba la etapa de madurez, ya que la evolución continuaba, tal como ocurre en la naturaleza. La Segunda
Guerra Mundial al igual que la primera, destrozó
Europa y dejó como gran ganador a Estados
Unidos, que aprovecho los siguientes años para darle un nuevo empuje
al automóvil. En esta ocasión el estilo de vida americano se imponía como ejemplo de éxito y a pesar de de la dura
recuperación, Europa y Japón aprendieron los sistemas de fabricación, los trasladaron y adaptaron a sus necesidades y problemáticas locales. Fue en los años
sesenta cuando surgen los estándares de calidad constante y
también la preocupación por la confiabilidad mecánica.
Pero en los años setenta cuando la crisis
del petróleo origina una nueva
oportunidad tecnológica a fabricantes
considerados menores como los japoneses, quienes ya dominaban la filosofía de mejora continua, ideas de (Edward Deming, 1950) aprovechadas
por el perfeccionismo de de ingenieros como los primos Kiichiro y Eiji Toyoda,
fundadores de Toyota Motors. La reducida disponibilidad de combustible en Japón y Europa hace que el consumidor apunte a motores pequeños pero muy eficientes. Honda aprovecha el descalabro político de Occidente e introduce su motor CVCC de alta
confiabilidad y muy bajo consumo de combustible que lanza a la marca en el
escaparate del mercado estadounidense.
A ello se
le suma la creciente automatización que alcanza su punto álgido con los primeros robots industriales a principios de
los años ochenta, que a pesar del
elevado costo inicial y ahora precaria flexibilidad, significaron un salto muy
grande en temas de consistencia de tareas repetitivas o de gran exigencia física como la soldadura.
Justo a
esto, surge la inyección electrónica y la preocupación por las emisiones y el daño al medio ambiente, a tal grado que los gobiernos se han
visto en la necesidad de aplicar verificaciones que en la actualidad se han
vuelto muy estrictas.
PRODUCCIÓN EN SERIE DE LOS AUTOMÓVILES |
La
Especialización
Nuevamente
las empresas estaban en guerra no sólo por la tecnología de fabricación y armado, sino que el frente
se ensanchaba en áreas que antes de la electrónica masiva eran casi desconocidas como el control exacto
de la alimentación de combustible o la
distribución variable. Además los equipos de sonido eran los primeros que avizoraban un
futuro confortable dominado por los chips. Fue en la década de los noventa que surgió
el último brinco dentro de los
automóviles. La seguridad y la
eficiencia se volvían argumentos de mucha fuerza
en todas las áreas que el automóvil tocaba. Desde los temas de protección en seguridad pasiva y activa como frenos ABS o bolsas de
aire en masa, sin dejar de lado la máxima comodidad como calefacción automática, aire acondicionado o una
cabina de casi perfecto diseño ergonómico. A ello se sumaba la incorporación de nuevos materiales, que en los últimos años se ve reflejado en autos más grandes y resistentes pero menos pesados gracias a aceros
ultrarresistentes, plásticos de gran durabilidad e
incorporación de materiales ligeros como
aluminio y magnesio.
Y es así como hemos llegado al punto que estamos viviendo, al cual
quizá le podamos llamar " la última edad dorada del automóvil"
como lo conocemos. Hoy en día se puede adquirir tipo de
vehículo con el desempeño de un deportivo o la habitabilidad de un auto grande con
el rendimiento de un subcompacto. Todo aderezado de la más reciente comodidad que brinda la electrónica, tecnología y diseño pueden otorgar.
Podemos
decir que un auto es: "UNA EXTENSIÓN DEL HOGAR MONTADA EN CUATRO RUEDAS"
EL AUTOMÓVIL CON TODA LA TECNOLOGÍA AL ALCANCE DE NUESTRAS MANOS |
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